Aunque he hablado en muchos foros de lo que significa para mí la Pedriza, no tenía en este blog nada dedicado a ella. Quizá este sea el momento.

El domingo pasado subí a la Nava, en la base de la Cabeza de Hierro, desde Colmenar. Aunque salgo poco con la bici de montaña, mucho menos que con la de carretera, al menos una vez al año tengo la costumbre de subir a este, mi pequeño santuario, para respirar aire puro a casi 2000 metros de altitud.

He hecho muchas veces el circuito de las zetas de la Pedriza, subiendo por el Collado de los Pastores (que me parece el sentido natural de la marcha, aunque muchos hacen el contrario), pero nunca había subido desde Colmenar. Para esta ocasión utilicé un camino que me había proporcionado Mariano, otro de los buenos ciclistas que he conocido por internet, y que me permitía ir desde Colmenar hasta Manzanares por pistas de tierra.

Mi proyecto original es ir hasta la Pedriza desde Madrid, siguiendo la zona de pistas entre Madrid y Colmenar, cerca del curso del río Manzanares, pero eran demasiados kilómetros de exploración, lo que no garantizaba mi vuelta a casa antes de la hora de comer.

Una opción más conservadora era seguir todo el carril bici de la carretera de Colmenar, hasta el cruce con la de Soto.

El sábado se comentó que las temperaturas subirían de forma importante el domingo. Estas típicas «olas de calor» que tenemos últimamente, y que de toda la vida hemos denominado simplemente «verano», llevan a los gobiernos y los medios de comunicación a lanzar mensajes alarmistas, llegando a «prohibir» realizar deportes al aire libre. No sé si era para tanto, pero lo cierto es que la excusa fue perfecta para terminar de reducir mi excursión, y al final me fui en coche hasta Colmenar.

Salí a las 8 de la mañana de la zona de los cuarteles, donde hay una vía de servicio en la que se puede aparcar muy bien, y me dirigí a la Pedriza.

A la entrada de la Pedriza, junto a la caseta de vigilantes, había quedado con mi amigo Rafa, con lo que celebramos una miniquedada de la sección madrileña de Ciclocubín.

No me canso de disfrutar y hablar de la Pedriza, el paraje más bonito de montaña en Madrid, donde nace el río Manzanares. En un lugar verdaderamente precioso, con rocas peculiares, que le dan una estética singular, frondosos pinares y verdes praderas donde las vacas pastan a sus anchas.

Esta vez, en lugar de la típica entrada hasta Canto Cochino, rodeamos la verja de acceso por la izquierda, tomando una pista de tierra para empalmar con la subida de las zetas. En total, desde Colmenar hice una ruta de unos nada despreciables 80 kilómetros de longitud.

– Embalse de Santillana (Manzanares el Real)

– Las vacas, impasibles ante nuestra presencia, aguantando el tipo en la sombra

– Subiendo entre pinares

– El Collado de los Pastores, un punto emblemático con preciosas vistas

– …Y el punto culminante de la ruta, a 1950 metros de altitud, una preciosa pradera conocida como «La Nava»

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